lunes, 9 de febrero de 2009

Lo bello del dolor



Cuando contemplo esta imagen no puedo dejar de pensar en lo bello que puede ser el dolor o al menos que el dolor puede tener estos destellos de belleza que pueden hacerlo mas pasajero. Si pudieseis salir un día de tormenta, podríais practicar lo que yo llamo "cazar arco iris". Cuando tenemos uno de esos días que todo nos parece mal, que parece que nada esta claro, porque el cielo se nos cubre de unos inmensos nubarrones que dejan caer una lluvia espesa, repentina, que parece aplastarnos como si un inmenso mar... todo de golpe cayere sobre nosotros. Cuando esto ocurre ¿sabéis que hago?.
Yo vivo en una ciudad que tiene en su lado mas norteño, una sierra, la cual es alimentada por una serie de carreteras, que nos dejan acceder a algunos refugios que solo los que de algún modo tenemos una frustración, encontramos.
En esos días de tormenta cojo mi coche y con extrema precaución, comienzo la "caza del arco iris".
Empiezo transitando la ciudad desde el sur lugar en el que vivo, hasta el norte. Durante el camino advierto qué como si se tratara de un corazón desesperanzado y agobiado, el cielo empieza a cubrirse por zonas con una oscuridad que me recuerda a la noche. ! Al fin ! accedo a una de las arterias que intitulo porque así la nombran todos los cordobeses "La avenida del Brillante".
Brillante que poco a poco se deja ver, casi a la mitad de esta arteria se encuentra ya en plena sierra morena un mirador, este me sirve para regular el colesterol acumulado por la presión del trayecto recorrido. Pone en mis ojos un filtro que no deja pasar la oscuridad y que convierte en belleza parte del dolor. !Que espectáculo! y solo para mí. Yo subía apagado, triste, confundido...y ahora delante mía se presenta el siguiente cuadro: Una ciudad encubierta en su propia oscuridad, queriendo salir adelante, perdida en su mundo con unas ganas inmensas de ser feliz. Pobre ciudad, no puede ver nada más que aquello que la dejan, la ciudad no se mueve y pierde su mirada en lo cercano. Pero yo desde aquí arriba puedo ver que en medio de todos esos grises también encuentran cobijo tonos naranjas, rosas, salmones, el agua al caer sobre esos tonos se empapa de luz y despide el mas bello reflejo !El arco iris!. Esta vez hubo suerte y cacé no menos de dos. !Animo! poetas frustrados buscad en vosotros el filtro y colocarlo en vuestras retinas, no os quitara las penas, pero veréis lo bello del dolor.